No es innovación es involución, parece
una turbina de avión, pero lejos de resultar tan contaminante se trata del
sistema de aire más ecológico que existe. Por sus materiales y porque propone
huir del aire acondicionado para volver al sistema de toda la vida.
La idea es no solo refrescar el
ambiente sino disfrutar de una pieza de gran diseño que decore y se convierta
en un elemento de estilo. La cubierta exterior es de madera tratada con nueve
capas de resina pulverizada y el interior está fortalecido por fibra de vidrio.
La hélice es de teca reforzada y está protegida por una rejilla metálica a
ambos lados. Se llama Big Fan y su creación ha sido cosa del arquitecto polaco
Witold Szostak, especialista en la fabricación de piezas para el interior del
hogar. Cuesta ni más ni menos que 6.450
euros. Más info: www.witoldszostak.com
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