Los famosos almacenes ingleses
Selfridges recuperan la 'Sala del Silencio' para romper con el barullo de las
compras y el bombardeo de marcas y mensajes. Comprar y meditar es la clave.
Junto con las asistentes que informan de cosméticos, alimentación o combinación
de colores, en los almacenes ingleses Selfridges asesoran también sobre
meditación y calma interior, e invitan a experimentar la vida espiritual en la
Sala del Silencio, un lugar insonorizado al que se entra descalzo y sin móviles
u otras distracciones contemporáneas, para olvidarse del trajín de las compras.
La Sala del Silencio se abre el
11 de enero, en plenas rebajas, y permanecerá abierta hasta finales de febrero
como parte de la campaña 'Sin Ruido'. El americano Harry Gordon Selfridge ya
concibió una sala para el sosiego consumista en 1909 al tomar las riendas de la
tienda y revolucionar el comercio europeo. El oasis de paz en medio de la brega
comercial cerró hace más de 90 años, y hoy ha vuelto a resucitar. El nuevo
espacio ha sido diseñado por el arquitecto Alex Cochrane, que ha hecho un
encaje de bolillos entre la idea inicial de Harry Gordon y los
condicionamientos de la vida y el mundo actuales. Por haber sido elegidos por
segunda vez (sin precedentes) “Mejores almacenes del mundo” por la IGDS, una
asociación internacional de almacenes, la famosa cadena, cuya tienda puntera
está en Oxford Street, centro de Londres, se ve obligada a mantener el cetro de
la innovación. El título de “Mejores almacenes del mundo” es bianual, así que
lo consiguió en 2010, de nuevo en 2012 y lo mantiene hasta junio de 2014.
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