Controlar con su “smartphone” la temperatura que se desea sentir en los pies al tiempo que se mide la distancia recorrida paso a paso es ahora posible gracias a unas nuevas plantillas que se conectan al teléfono, diseñadas por un inventor francés.
“Se puede perder el teléfono pero… ¡no el zapato!”, afirma entusiasmado el empresario Karim Oumnia, que presenta la primera platilla conectada, interactiva y que calienta.
Desde su oficina de Nancy (este de Francia), este ingeniero de formación que dirige desde hace cinco años la marca de deportivas ultraligeras Glagla, tardó dos años en desarrollar estas plantillas inteligentes, llamadas Digitsole.
“La idea es ir más allá del objeto conectado, que normalmente es una pulsera poco fiable. Aquí es la plantilla la que cuenta los pasos, controlada por una aplicación del smartphone conectada a través de Bluetooth”, resume Karim Oumnia.
Además de la distancia, la velocidad, la posición o las calorías quemadas, los plantillas incluyen un termostato que regula su temperatura hasta los 40ºC.
“Es una tecnología muy complicada que los zapateros no dominan”, dice con orgullo el jefe de la empresa, que asegura que su diseño tiene una autonomía de siete horas de calefacción continua y necesita tres horas de carga por conexión USB.
La plantilla, de unos 100 gramos, está hecha de poliuretano, neopreno y porón “¡Y se adapta a todos los zapatos!”, promete su inventor.
Oumnia recorre desde hace semanas, con la docena de personas que componen su equipo, salones de todo el mundo, “suscitando un interés enorme en muchos grupos”, asegura.
El empresario, que quiere mantener el control de su tecnología a través de licencias, espera comercializar las Digitsole desde principios de año en internet, y en tiendas la próxima primavera boreal.
Pero los más impacientes podrán tenerlas ya en Navidad, después de que una página de financiación colectiva consiguiera reunir la semana pasada 40,000 dólares en cinco días para este producto, una cantidad que Oumnia esperaba alcanzar en ocho semanas.
“Es una buena señal. El mundo está cambiando: los zapatos, la ropa van a estar cada vez más conectados”, asegura el director de Glagla.
“De momento somos los únicos en el mundo que hacemos este producto ya que somos los únicos que disfrutamos de esta tecnología, que he patentado”, añade, imaginando otras novedades como sensores con los que medir el PH de la transpiración o la integración de un GPS.
“El mercado no se limita a los deportistas, se dirige a todo el mundo: ancianos que no notan la deshidratación, motoristas, etc.”, dice Karim Oumnia, para quien “la tecnología está madura
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